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jueves, 25 de octubre de 2012

DE LA MATERIA A LA VIDA


Las fusiones nucleares permitieron
 la formación de nuevos átomos.
En el principio era la explosión original, el "Big Bang", y la física reinaba. Luego, con temperaturas más clementes, vino la química. Las partículas formaron átomos y estos se unieron para producir moléculas cada vez más complejas que, a su vez, se asociaron en agregados y membranas dando así a luz a las primeras células de las que brotó la vida en nuestro planeta. Esto ocurrió unos 3.800 millones de años atrás.
Desde la materia viva hasta la materia condensada, primero, y luego desde esta última hasta la materia organizada, viva y pensante, la expansión del universo nutre la evolución de la materia hacia un aumento de su complejidad mediante la autoorganización y bajo la presión de la información. La tarea de la química es revelar las vías de la autoorganización y trazar los caminos que conducen de la materia inerte al nacimiento de la vida, y de aquí a la materia viva, y luego a la materia pensante. La química nos proporciona, por consiguiente, medios para interrogar al pasado, explorar el presente y tender puentes hacia el futuro.
Por su objeto -las moléculas y los materiales-, la química expresa su fuerza creadora, su poder de producir moléculas y materiales nuevos -auténticamente nuevos porque no existían antes de ser creados- mediante recomposiciones de los átomos en combinaciones y estructuras inéditas e infinitamente variadas.




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